Hace unos días, en una de esas interesantes conversaciones que surjen espontáneamente, estuve hablando largo y tendido con unos amigos acerca de si la humanidad estava evolucionando en la buena dirección. No solo hacia delante sino también hacia arriba.
Este tipo de conversaciones siempre siguen un hilo conductor imprevisible. En este caso todo empezó por una discusión sobre la figura de Jesucristo, que poco después fué derivando en el típico debate religión Sí, religión No. Uno de mis improvisados argumentos (y con el objetivo oculto de suscitar polémica) acabo siendo que me resultava chocante que todavía se le diera tanto crédito al discurso y a los valores que hizo una persona que muy probablemente no había recibido ningún tipo de educación. Es más -insistí-, por qué seguir anclados a un discurso formulado hace 2.000 años cuando actualmente somos mucho más listos...
Reconozco que mi argumento derivó en un ciego alegato a la modernidad. (no creo que todo lo moderno sea mejor, ni mucho menos). Sin embargo, aun sostengo la idea principal: la humanidad está siguiendo no sólo un camino hacia delante sino también hacia arriba. Con esto no quiero decir que el mundo sea maravilloso. No hace falta mucha imaginación ni ser muy avispado para ver algunos de los males del mundo donde vivimos: guerras, torturas, explotación de personas y recursos, pobreza, injusticias y violaciones de los derechos humanos, etc. Lo que creo es que la experiencia adquirida a lo largo de siglos y siglos (donde la especie humana ha podido analizar tanto los errores como los aciertos de sus actos) permite albergar un poco de optimismo en torno al futuro de la humanidad.
Hoy, navegando por Internet llegué al blog de Eduard Punset. Leyendo uno de sus artículos publicados me he topado con uno que me ha hecho recordar el tema principal de la conversación con mis amigos. El artículo se llama "Somos mucho más razonables de lo que éramos", y en él Eduard Punset nos resume a grandes rasgos la evolución positiva que ha seguido la especie humana. Os lo recomiendo!
28.11.06
25.9.06
La información es una arma de doble filo
A raíz de lo sucedido con las declaraciones que hizo el Papa en las que relacionó el Islam con la violencia y la reacción de ira que ha suscitado en gran parte del mundo musulmán, creo oportuno reflexionar sobre los cambios surgidos de la revolución informativa y tecnológica de la actual globalización.
Situémonos a finales del siglo XV, por ejemplo, y observemos la biografía del Papa Sixto IV. Según wikipedia, incurrió en nepotismo, desató una guerra de dos años contra Florencia, indujo y ayudó a Venecia a atacar Ferrara, permitió la Inquisición española, y la misma iglesia ha reconocido que la suya fue una época de vicios y excesos (se dice que Sixto IV estuvo a punto de legalizar la sodomía que fue el padre del hijo de su hermana o que agonizando antes de morir, pidió "jugo de hombres jóvenes").
Da igual Sixto IV que otro. Una vida llena de excesos como cualquier otra, pero que nos sirve aquí como ejemplo de los profundos cambios vividos en el mundo desde entonces. Que hubiera pasado si Sixto IV hubiera tenido que lidiar con la inmediatez informativa y la omnipresencia de los medios de comunicación. Ciertamente, el auge de la llamada sociedad de la información combinada con la actual revolución tecnológica permiten que cualquier echo sucedido a miles de kilómetros de nuestras casas se cuele, al instante, por la pantalla de nuestro televisor o ordenador.
Si bien queda claro la mejoría que la humanidad ha experimentado en éste aspecto (nadie lo discute), también tenemos que reconocer los potenciales riesgos que conlleva la actual sobre información. El acceso inmediato a toda la información PUEDE llegar a ser la mejor opción contra la censura y las dictaduras de conciencia, pero siempre en el caso de ser ejercitada de formar libre. Queda mucho camino en este trayecto, pero al menos la revolución tecnológica nos está permitiendo un considerable atajo.
Ahora bien, además de la libertad, el acceso a la información también requiere de grandes dosis de responsabilidad. Responsabilidad entendida como la capacidad de comprender y tener en cuenta quienes son los potenciales receptores de esta información (o sea, todo el mundo). Las diferentes realidades históricas, los distintos bagajes culturales, la religión, el pasado y la actualidad...Con esto no quiero decir que los medios de comunicación y los periodistas tengan que estar todo el día pendientes de las posibles reacciones de grupos minoritarios y extremistas (siguiendo al polémica del Papa). O que se tengan que callar cosas sólo para contentar a otros.
Pero, a veces, sí se nota muy poca capacidad de empatía y demasiada voluntad de generar titulares impactantes. La información es una arma de doble filo. Puede generar libertad pero también puede generar odio.
Como con anteriores revoluciones o avances técnicos, tendremos que reeducar nuestras mentes y adaptarnos a la nueva realidad.
Situémonos a finales del siglo XV, por ejemplo, y observemos la biografía del Papa Sixto IV. Según wikipedia, incurrió en nepotismo, desató una guerra de dos años contra Florencia, indujo y ayudó a Venecia a atacar Ferrara, permitió la Inquisición española, y la misma iglesia ha reconocido que la suya fue una época de vicios y excesos (se dice que Sixto IV estuvo a punto de legalizar la sodomía que fue el padre del hijo de su hermana o que agonizando antes de morir, pidió "jugo de hombres jóvenes").
Da igual Sixto IV que otro. Una vida llena de excesos como cualquier otra, pero que nos sirve aquí como ejemplo de los profundos cambios vividos en el mundo desde entonces. Que hubiera pasado si Sixto IV hubiera tenido que lidiar con la inmediatez informativa y la omnipresencia de los medios de comunicación. Ciertamente, el auge de la llamada sociedad de la información combinada con la actual revolución tecnológica permiten que cualquier echo sucedido a miles de kilómetros de nuestras casas se cuele, al instante, por la pantalla de nuestro televisor o ordenador.
Si bien queda claro la mejoría que la humanidad ha experimentado en éste aspecto (nadie lo discute), también tenemos que reconocer los potenciales riesgos que conlleva la actual sobre información. El acceso inmediato a toda la información PUEDE llegar a ser la mejor opción contra la censura y las dictaduras de conciencia, pero siempre en el caso de ser ejercitada de formar libre. Queda mucho camino en este trayecto, pero al menos la revolución tecnológica nos está permitiendo un considerable atajo.
Ahora bien, además de la libertad, el acceso a la información también requiere de grandes dosis de responsabilidad. Responsabilidad entendida como la capacidad de comprender y tener en cuenta quienes son los potenciales receptores de esta información (o sea, todo el mundo). Las diferentes realidades históricas, los distintos bagajes culturales, la religión, el pasado y la actualidad...Con esto no quiero decir que los medios de comunicación y los periodistas tengan que estar todo el día pendientes de las posibles reacciones de grupos minoritarios y extremistas (siguiendo al polémica del Papa). O que se tengan que callar cosas sólo para contentar a otros.
Pero, a veces, sí se nota muy poca capacidad de empatía y demasiada voluntad de generar titulares impactantes. La información es una arma de doble filo. Puede generar libertad pero también puede generar odio.
Como con anteriores revoluciones o avances técnicos, tendremos que reeducar nuestras mentes y adaptarnos a la nueva realidad.
8.8.06
¿Hasta cuándo?
Alguién se pregunta dónde estan los cuatro soldados israelís secuestrados por Hizbulá que, en un principio, constituyeron la premisa para empezar los ataques al Líbano?
Cientos de muertos, miles de heridos y refugiados. Pueblos arrassados. Tantas vidas truncadas. Ya nadie se pregunta por los 4 soldados. Por que era mentira, era sólo un pretexto. Por que se da por sentado que esta guerra tiene que ver con la geoestrategia: Una lucha de poder entre Israel e Irán por el liderazgo de la región. Y el Líbano está siendo el campo de batalla.
Primero, la destrucción. Luego, la diplomacia. Siempre el mismo patrón. Siempre las mismas víctimas: Las que no tienen nada que ver con el poder, las que les importa un comino la geoestrategia.
Las que se preguntan porqué la política genera los conflictos en lugar de solucionarlos.
Cientos de muertos, miles de heridos y refugiados. Pueblos arrassados. Tantas vidas truncadas. Ya nadie se pregunta por los 4 soldados. Por que era mentira, era sólo un pretexto. Por que se da por sentado que esta guerra tiene que ver con la geoestrategia: Una lucha de poder entre Israel e Irán por el liderazgo de la región. Y el Líbano está siendo el campo de batalla.
Primero, la destrucción. Luego, la diplomacia. Siempre el mismo patrón. Siempre las mismas víctimas: Las que no tienen nada que ver con el poder, las que les importa un comino la geoestrategia.
Las que se preguntan porqué la política genera los conflictos en lugar de solucionarlos.
10.7.06
Para no olvidar
Lo vemos en los medios de comunicación. Cada cierto tiempo vuelve para ser noticia. El problema es que cada vez lo es con mayor frecuencia y con mayor dureza. Estoy hablando del DRAMA de la pobreza en África.
Estamos en la era digital, en la era de la imagen. Una revolución tecnológica en la cual todos debemos auto-educarnos. Y lo cierto es que la imagen de centenares de personas jugándose sus vidas para cruzar las fronteras que nos separan de ellos está ya instalada en el día a día de nuestra cultura televisiva. Ese es el gran reto que debemos afrontar: intentar no ser inmunes al sufrimiento ajeno. Por muchas IMÁGENES que se nos cuelen por nuestros televisores.
Y hoy ha comenzado en Rabat la cumbre euroafricana sobre migraciones y desarrollo. La reunión terminará con un texto de buenas intenciones y otra imagen. La habitual foto de turno. La de los mandatarios bienintencionados del eterno doble rasero. La otra cara del mismo drama.
Las imágenes tienen que servirnos para no olvidar el drama de unos y la suerte de otros.
Si supiéramos valorar aquello que tenemos con la misma fuerza que aquello que echamos en falta...
Estamos en la era digital, en la era de la imagen. Una revolución tecnológica en la cual todos debemos auto-educarnos. Y lo cierto es que la imagen de centenares de personas jugándose sus vidas para cruzar las fronteras que nos separan de ellos está ya instalada en el día a día de nuestra cultura televisiva. Ese es el gran reto que debemos afrontar: intentar no ser inmunes al sufrimiento ajeno. Por muchas IMÁGENES que se nos cuelen por nuestros televisores.
Y hoy ha comenzado en Rabat la cumbre euroafricana sobre migraciones y desarrollo. La reunión terminará con un texto de buenas intenciones y otra imagen. La habitual foto de turno. La de los mandatarios bienintencionados del eterno doble rasero. La otra cara del mismo drama.
Las imágenes tienen que servirnos para no olvidar el drama de unos y la suerte de otros.
Si supiéramos valorar aquello que tenemos con la misma fuerza que aquello que echamos en falta...
29.6.06
Palestina
Dicen que no hay paz sin justicia, y en Palestina ésta no existe. Existe, por el contrario, un pueblo masacrado. Donde los derechos humanos son vulnerados por el ejército israelí. A cada ataque. Dentro de una enorme espiral de violencia. Y el fanatismo se extiende, se multiplica con cada bomba. Y se convierte en un acto heroico, en una resistencia a la injusticia, respondida con el mismo desprecio a la vida.
Cuando la empatía se muere. Es entonces cuando se levantan los discursos, cuando florecen las ideologías redentoras, cuando reinan los profetas de lo sagrado. Llegan los ataques selectivos y la yihaad. Nace el odio. Esa gran mentira que se funda en lo más irracional de nuestros cerebros. Ya no somos personas, sino enemigos. Y la ilusión por vivir deja paso a la obsesión por destruir.
Cuando la empatía se muere, morimos todos.
Cuando la empatía se muere. Es entonces cuando se levantan los discursos, cuando florecen las ideologías redentoras, cuando reinan los profetas de lo sagrado. Llegan los ataques selectivos y la yihaad. Nace el odio. Esa gran mentira que se funda en lo más irracional de nuestros cerebros. Ya no somos personas, sino enemigos. Y la ilusión por vivir deja paso a la obsesión por destruir.
Cuando la empatía se muere, morimos todos.
1.5.06
Inmigrantes del mundo, unios.
El 1 de mayo. No podían haber escogido mejor fecha los más de 12 millones de inmigrantes hispanos de Estados Unidos para "desaparecer". Su propósito, hacer visible la importancia de los inmigrantes hispanos sin papeles en el desarrollo de la economía más potente del mundo. Su método, dejar de trabajar durante un día y salir a la calle a manifestarse en contra de una situación racista e injusta.
Y es que en la sociedad opulenta sucede algo muy raro. O mejor dicho, algo muy hipócrita: Todos sabemos que existen inmigrantes que se han jugado sus vidas para llegar a nuestros países, con el único objetivo de ganarse la vida lo más dignamente posible. Los vemos cada día. Y al mismo tiempo, todos sabemos que no gozan de los mismos derechos que nosotros. Es más, que viven cada día con la incertidumbre de saberse perseguidos por un Estado que al mismo tiempo, mientras no sean deportados, les reserva los trabajos que los occidentales no queremos hacer.
Espero que este movimiento que hoy se hace visible en las calles de Estados Unidos, siga adelante en otros países donde la situación de los inmigrantes (con o sin papeles) es igual de penosa. Todo el mundo tiene derecho a ser tratado con dignidad.
Y es que en la sociedad opulenta sucede algo muy raro. O mejor dicho, algo muy hipócrita: Todos sabemos que existen inmigrantes que se han jugado sus vidas para llegar a nuestros países, con el único objetivo de ganarse la vida lo más dignamente posible. Los vemos cada día. Y al mismo tiempo, todos sabemos que no gozan de los mismos derechos que nosotros. Es más, que viven cada día con la incertidumbre de saberse perseguidos por un Estado que al mismo tiempo, mientras no sean deportados, les reserva los trabajos que los occidentales no queremos hacer.
Espero que este movimiento que hoy se hace visible en las calles de Estados Unidos, siga adelante en otros países donde la situación de los inmigrantes (con o sin papeles) es igual de penosa. Todo el mundo tiene derecho a ser tratado con dignidad.
26.4.06
200 Hiroshimas en un instante
Era la 1 y 23 de la mañana en la ciudad Prypat y la gente dormía tranquila en sus casas, disfrutando del descanso de los primeros momentos del fin de semana. Nadie se imaginaba lo que havia pasado a poco mas de un kilómetro de sus camas. Uno de los cuatro reactores de la central nuclear de Chernobyl, el que se llamaba Lenin, havia estallado. Las 50.000 personas que vivían en Prypat serian los primeros afectados por la mayor catástrofe nuclear de la historia de la humanidad. Gracias al viento pudieron ser evacuadas antes de que llegara la nube radioactiva, pero por desgracia, la semilla de la radiación nuclear les acompañará toda su vida, y muy probablemente, la de muchas generaciones venideras.
Baile de cifras, de muertos directos y de afectados por la radiación. Cáncer de tiroides, leucemias, deformaciones y una infinidad más de enfermedades han sido el fruto de esa radiación. Pero a fecha de hoy, justo el día que se cumplen 20 años de aquella tragedia, nadie se atreve a dibujar el cuadro real de las consecuencias del estallido del reactor Lenin. Lo que sí se sabe es que la radiactividad liberada aquél 26 de abril fue 200 veces mayor que la desprendida por las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
Sin embargo, la efeméride en si nos devuelve a un gran debate que todo el mundo se tendría que plantear. La energía es el motor de nuestra economía. Pero el progreso económico no puede concebirse de espaldas a su máximo objetivo: Que la gente viva mejor. Dentro de 50 años las reservas de petróleo se agotarán y tendremos que escoger la energía del futuro. Esperemos que los intereses económicos no primen entonces a los intereses de las personas.
17.4.06
El reino de los eufemismos
Si algo caracteriza a las relaciones internacionales, y por consiguiente a los comentarios y análisis que discurren entorno a éstas, es sin duda alguna la desmesurada utilización de eufemismos. Según Wikipedia un eufemismo es "una palabra o expresión que sustituye a otra considerada vulgar, de mal gusto o tabú". Y esto es lo que les pasa a todos. Cuando los redactores de noticias, los comentaristas de televisión, o incluso los más prestigiosos analistas internacionales se ven con la tarea de afrontarse con la dura realidad de las relaciones internacionales, a todos ellos les sucede el mismo extraño proceso: el proceso consiste en maquillar lo real por una realidad paralela y menos explícita. De repente, cuando la inhibición lo rige todo, lo que importa ya no es lo importante. Lo importante es no decir lo que nos duele.
Es entonces cuando aparecen como grandes protagonistas las "operaciones humanitarias" de la OTAN, los "daños col·laterales" de las guerras, o las "técnicas de interrogación reforzada" de las torturas. Las noticias internacionales se convierten, entonces, en el reino de los eufemismos.
En la era de la imagen parece ser que ya no importa seguir cultivando el arte de recrear en forma de palabras la realidad que nos rodea. Ahora, quizá el nuevo arte consista en recrear en forma de eufemismos la realidad que nos supera.
Es entonces cuando aparecen como grandes protagonistas las "operaciones humanitarias" de la OTAN, los "daños col·laterales" de las guerras, o las "técnicas de interrogación reforzada" de las torturas. Las noticias internacionales se convierten, entonces, en el reino de los eufemismos.
En la era de la imagen parece ser que ya no importa seguir cultivando el arte de recrear en forma de palabras la realidad que nos rodea. Ahora, quizá el nuevo arte consista en recrear en forma de eufemismos la realidad que nos supera.
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